La final por el ascenso no defraudó. Dos equipos en pos del sueño que fue albirrojo durante unos minutos. El éxtasis en esos momentos se alcanzó en la grada después de que un gol en propia puerta del equipo donostiarra adelantara al equipo de Salva Ballesta. Los miles de aficionados algeciristas que acudieron detrás de su equipo hasta Almendralejo disfrutaron con un momento que cambió cuando un avance realista provocó el gol en propia puerta de Jordi Figueras.
El empate puso el equilibrio de fuerzas en un partido tenso, con nervios y de poder a poder con un Algeciras sometiendo a una Real Sociedad B muy complicada.
El partido tuvo ocasiones para poder resolverlo sin necesidad de llegar a la prórroga. Con Edu Ubis en el campo por el lesionado Alcázar, Álvaro Romero dispuso de la mejor ocasión a falta de cinco minutos para el final; encaró al portero realista y quiso zafarse de él para batirle, pero el guardameta le adivinó la intención. El ascenso estuvo ahí, pero la fortuna estuvo esquiva con el delantero.
En la prórroga después de los 90 minutos reglamentarios, Salva Ballesta introdujo dos cambios más (Yago Pérez y Jorge Canillas) para buscar el gol del sueño. La tuvo Canillas primero con un remate de cabeza pero la Real Sociedad encontró un resquicio para batir a Guille Vallejo.
El sueño se esfumaba aunque los de Xabi Alonso sudaron sangre para arrebatar al Algeciras su legítimo anhelo. De hecho, Canillas evidenció ese espíritu de no rendirse nunca con un remate posterior al larguero.
Fue un momento, unos minutos lo que duró el sueño, pero fue memorable. Y un orgullo el que dejaron sobre el césped estos hérors que han hecho historia arropados por una afición que siempre les acompañó.
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